Te ofrecemos recomendaciones de películas y series, desde grandes éxitos hasta producciones menos conocidas que no te puedes perder. Explora nuestra selección cuidadosamente curada y descubre tu próxima historia favorita, ya sea un clásico popular o una joya oculta del cine o la televisión.
En el Japón de la posguerra, Godzilla trae una nueva devastación a un paisaje ya abrasado. Sin intervención militar ni ayuda gubernamental a la vista, los supervivientes deben unirse frente a la desesperación y luchar contra un horror implacable.
Tráiler:
Reseña:
Si Shin Godzilla (2016) era una crítica directa a la ineficiencia de la burocracia japonesa, Godzilla Minus One da un giro más humano y emocional, ambientando su historia en un Japón devastado tras las bombas de la Segunda Guerra Mundial. Aquí, el verdadero enemigo no es solo el monstruo, sino también la miseria, el trauma y la necesidad de reconstruirse desde las cenizas.
Lo más interesante de esta obra es que incluso sin la presencia de Godzilla, la película se sostiene perfectamente como un drama de posguerra sólido y conmovedor. La historia atrapa por su guion bien construido, sus personajes con profundidad y una carga emocional que se siente auténtica y poderosa.
Visualmente, es un espectáculo total. Los efectos especiales son impecables, con una versión del kaiju que impone respeto y que logra devolverle ese aire amenazante y trágico que tenía en sus primeras apariciones. Esta entrega no solo rinde homenaje a los orígenes del personaje, sino que también lo reinventa con una fuerza narrativa pocas veces vista en el género.
Si estás pensando en adentrarte en el universo de Godzilla, esta película es una excelente puerta de entrada. Y si, como se rumorea, hay más entregas en camino, solo queda esperar que mantengan este altísimo nivel de calidad y compromiso con la historia.
Gemma (Imogen Poots) y Tom (Jesse Eisenberg) son una joven pareja que se ha planteado la compra de su primera casa. Para ello visitan una inmobiliaria donde los recibe un extraño agente de ventas, que les acompaña a Yonder (una nueva, misteriosa y peculiar urbanización donde todas las casas son idénticas), para mostrarles una vivienda unifamiliar para ellos.
Tráiler:
Reseña:
Vivarium (2019) es una representación casi perfecta del llamado terror liminal, ese subgénero que se hizo popular en internet por mostrar espacios vacíos donde debería haber gente, generando una sensación de desolación y extrañeza. La película lleva esa idea a un nuevo nivel, encerrando a sus protagonistas en una pesadilla suburbana cuidadosamente diseñada para perturbar.
El inicio es potente: la historia engancha de inmediato con un misterio tras otro y un ritmo que atrapa al espectador. Sin embargo, pasada la primera media hora, la narrativa desacelera notablemente, y aunque en el tramo final intenta retomar impulso, el cierre deja más preguntas que respuestas, sin una resolución del todo satisfactoria.
Visualmente, la estética remite a la época dorada del urbanismo estadounidense, pero con un nivel de perfección artificial que incomoda. Todo es tan simétrico, tan limpio, tan repetido, que lo inquietante no viene del caos, sino del orden excesivo.
Las actuaciones cumplen, pero hacia la mitad se sienten desgastadas, en parte por la repetición de situaciones y la falta de desarrollo en el guion. Es una historia con gran potencial y una idea poderosa, pero que se queda en la superficie, sin profundizar del todo en sus temas ni ofrecer una reflexión que vaya más allá de lo inquietante.
En definitiva, Vivarium es una experiencia visual y atmosférica interesante, pero con un desarrollo narrativo que no termina de explotar todo lo que promete.
Bella Baxter es una joven revivida por el brillante y poco ortodoxo científico Dr. Godwin Baxter. Bajo la protección de Baxter, Bella está ansiosa por aprender. Hambrienta de la mundanidad que le falta, Bella se escapa con Duncan Wedderburn, un sofisticado y perverso abogado, en una aventura vertiginosa a través de los continentes. Libre de los prejuicios de su época, Bella se vuelve firme en su propósito de defender la igualdad y la liberación.
Tráiler:
Reseña:
Pobres Criaturas (2023) es, ante todo, una experiencia visual deslumbrante. Cada escena parece un cuadro en movimiento, fusionando lo real con lo surreal de forma hipnótica y fascinante.
La historia es extraña, incluso absurda por momentos, pero está habitada por personajes tan peculiares como entrañables, que logran conectar con el espectador a medida que se desarrolla la trama. Todo transcurre en un mundo que se asemeja al nuestro, pero con sutiles distorsiones que lo vuelven único y profundamente atractivo.
Es una obra distinta, poco convencional, pero no por eso menos atrapante. Aunque la comedia a veces no termina de cuajar del todo, el film se sostiene con fuerza en su veta de realismo fantástico, que le da identidad y profundidad.
Lo que inicialmente me atrajo fue la presencia de Willem Dafoe, pero pronto descubrí que las actuaciones de Emma Stone y Mark Ruffalo también elevan la película a otro nivel. Cada uno aporta matices que enriquecen este universo tan raro como encantador.
En definitiva, una propuesta atrevida, visualmente impresionante y emocionalmente curiosa, que vale la pena experimentar.
'Tú, pero mejor en todos los sentidos'. Esta es la promesa, un producto revolucionario basado en la división celular, que crea un alter ego más joven, más bello, más perfecto. Tentada por la oportunidad Elisabeth Sparkle, una celebridad en decadencia, consume este suero del mercado negro creando una versión rejuvenecida de sí misma, Sue, con efectos tan inesperados como aterradores.
Tráiler:
Reseña:
La Sustancia (2024) es una de esas películas que, aunque arranca con un ritmo algo lento y una carga sexual que puede sentirse excesiva al principio, se va transformando en una experiencia cada vez más caótica y desbordante.
La idea detrás de la historia es tan interesante como perturbadora, y está ejecutada con una originalidad notable. El film lleva el morbo y el asco a niveles extremos, con escenas que definitivamente no son aptas para estómagos sensibles.
Lo que más valoro del terror es su capacidad para incomodar al espectador y, aun así, mantenerlo pegado a la pantalla. Este es uno de los ejemplos más recientes y efectivos: el tercer acto es un festival de body horror puro, con una seguidilla de momentos grotescos que se superan entre sí en un crescendo visual que roza lo insoportable.
Más allá de la sátira sobre la belleza ideal y la obsesión por la juventud eterna, La Sustancia brilla por su potencia en el plano del shock visual, combinando lo absurdo, lo exagerado y lo bizarro de una manera tan impactante como hipnótica.
Una experiencia incómoda, salvaje y, para quienes se animen, inolvidable.
