martes, 22 de octubre de 2024

DRACULA, DE BRAM STOKER (BRAM STOKER'S DRACULA - ESTADOS UNIDOS) 1992: Drácula si y no

 DRACULA, DE BRAM STOKER


Sinopsis:

Antes de convertirse en vampiro, el conde Drácula era el príncipe Vlad, quien tras conocer la muerte de su prometida, vendió su alma al diablo. Cuatro siglos después, en Londres, encuentra a Mina, reencarnación de su amor perdido.

Tráiler:



Reseña:

Lo primero que hay que decir es que Francis Ford Coppola se tomó muchas libertades con respecto a la historia original de Bram Stoker, pero en este caso, esas modificaciones enriquecen el relato. En lugar de seguir estrictamente la novela, Coppola opta por profundizar en el aspecto emocional del monstruo, dándole un enfoque más humano y trágico a Drácula, lo cual añade una capa de complejidad que muchas otras adaptaciones no logran alcanzar.

Desde el primer minuto, la película no se molesta en ser sutil. Sabe que el público ya está familiarizado con la historia de Drácula, y desde el inicio nos va lanzando pistas, algunas bastante evidentes, de que estamos ante una narrativa cargada de elementos sobrenaturales. Sin embargo, lo que realmente distingue a esta versión es su estética visual y su estilo casi operático. Los colores intensos, el diseño de vestuario y la atmósfera gótica logran que la película se sienta como una obra única dentro del extenso catálogo de adaptaciones del famoso vampiro.

Las actuaciones son otro punto fuerte. Gary Oldman se adueña por completo de la pantalla con su interpretación del Conde Drácula. Ya sea como el anciano decrépito y espeluznante o en su versión más joven y seductora, Oldman logra captar las múltiples facetas del personaje, convirtiéndolo en un ser tan aterrador como vulnerable. En cambio, la actuación de Keanu Reeves como Jonathan Harker es mucho más discreta, e incluso en ciertos momentos se siente un poco plana, lo que hace que su personaje quede en segundo plano durante gran parte del film.

Drácula de Bram Stoker no es una adaptación fiel al pie de la letra, pero eso no la desmerece. Como reinterpretación del clásico, Coppola consigue algo más que una simple película de vampiros: crea una obra visualmente deslumbrante y emocionalmente resonante, que combina el horror con el romance trágico de manera única. Es, sin duda, una de mis versiones favoritas de la historia, precisamente por su capacidad para añadir profundidad y humanidad a un mito que, en manos menos hábiles, podría haberse sentido trillado.

Donde ver:

disponible en HBO MAX.

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